Travel

La felicidad no es una estación a la que se llega, sino una manera de viajar.

No-libertad

Todos los años al acabar el verano nos sentimos desgraciados porque ya acaba la libertad. Para mi este año es distinto. Anhelo tener la cabeza ocupada en otras cosas que no sean él. Casi es una necesidad volver a la rutina. Porque me duele todo lo que he podido descubrir con 24 horas libres día tras día. Me quería, me dejó, se fue con otra, me volvió a querer, dudó, se fue con otra y acabamos mal. Qué curioso, ahora que lo miro, es como otra rutina. Pero ésa no me gusta, me hace daño. Es como una no-libertad, porque es tenerla, pero no quererla, porque conlleva tenerle a él metido en mi cabeza. Así que lo único que pido es que estas semanas que me quedan de no-libertad pasen lo más rápido posible.

Corre.

Hace tiempo que no dejo de soñar lo mismo. Me veo a mi misma corriendo hacia ninguna parte. Corro y corro, es lo único que hago en toda la noche, sin sentido, sin meta... Y por la mañana me pongo a pensar que ese sueño es el reflejo de mi vida y la de muchas personas. Vamos por la vida sin metas, dejando que pasen los días sin conseguir nada. Por eso esta noche será diferente, soñaré el final, soñaré una meta que tal vez no alcance hoy ni mañana, pero ya no correré sin ningún sentido.

De cuento

¡Hola mundo! ¿Sabes qué? No soy princesa, ni científica, ni modelo, ni he ganado ningún premio más que en el colegio cuando me daban una galleta por hacer bien los deberes. No tengo millones de fans, ni dejo corazones rotos a mi paso. No salgo en la portada de las revistas mas cools y no presento un programa en la televisión de máxima audiencia. Pero, pensándolo bien, ¿quién necesita esas cosas? No todos podemos llevar una vida de cuento, pero podemos rozarla haciendo de cada pequeña cosa algo grande, poniendo una sonrisa ante todo, dejando el amor como prioridad.