He aprendido una pequeña verdad. Cuando estamos tristes o nos sentimos desgraciados por algún motivo, tendemos a rezar, a pedir deseos a las estrellas, a susurrarle a nuestros amuletos de la suerte, o simplemente a no hacer nada y esperar que las cosas se solucionen solas. En mi opinión las cosas no se solucionan a base de suerte, sino a la actitud con la que afrontas la situación. Siempre es mejor mirar al mundo con una sonrisa, lo aseguro.